Begues es una pequeña villa situada a 30 km de Barcelona, rodeada de naturaleza y con una gran riqueza histórica y cultural.
En un valle entre el macizo del Garraf y las montañas de l'Ordal, su ubicación permite realizar muchas y variadas visitas, destacando el Mur, el mirador del silencio, un lugar tranquilo y lleno de paz, ideal para conectar con la naturaleza y desde donde disfrutar de las vistas panorámicas de la sierra de Collserola y el Delta del Llobregat.
Dentro del pueblo se pueden visitar la iglesia vieja de la rectoría (del XVI y con portada renacentista), la iglesia parroquial de Sant Cristòfol y la cruz de término, del 1312. La Fiesta de la Cucafera, bestia de fuego de grandes dimensiones, es muestra de celebración popular.
Desde el mismo centro del pueblo salen numerosas excursiones, de las cuales destaca la Ruta de las Fuentes y El Padró. También puedes iniciar un recorrido sencillo que te llevará al Pi Gros, los restos de un pi sunyer histórico que tiene un tronco muy característico, marcado por la fuerte torsión del viento. Se calcula que tenía más de 400 años de edad cuando murió, y es considerado uno de los más grandes de Cataluña.
También tendrás la oportunidad de hacer una ruta guiada de 4 km de recorrido, a través de la cual podrás descubrir cómo vivían antiguamente los antiguos habitantes de este territorio calcáreo del macizo del Garraf. El Ferret, o itinerario del carst, ha sido diseñado por el CIPAG (Colectivo para la Investigación de la Prehistoria y la Arqueología de Garraf-Ordal) y es apto para todos los públicos, solo es necesario llevar buen calzado y cantimplora para disfrutar de un recorrido que te adentrará en las cavidades y formaciones rocosas de la zona, como el avenc de Can Sadurní, una gran cavidad subterránea que te dejará sin aliento, o la mina de sal de lobo de Can Sadurní, de gran importancia histórica y cultural para la zona, ya que la sal fue uno de los recursos más importantes durante muchos años. Tampoco faltarán las construcciones de piedra seca, los antiguos hornos de cal o caminos empedrados.
Uno de los atractivos destacados del municipio es la visita guiada a la cueva de Can Sadurní, un yacimiento arqueológico en proceso de excavación desde hace más de cuatro décadas, que contiene una de las mejores estratigrafías arqueológicas del Mediterráneo Occidental referentes a la prehistoria moderna. En ella se han encontrado restos desde el período epipaleolítico (11.000 años), época de las últimas comunidades de cazadores y recolectores, hasta restos del siglo XIX. Destacan sobre todo los niveles con restos del neolítico, donde se han podido documentar diferentes momentos de enterramientos, restos de la elaboración de cerveza y "el Encantado", una figurita con forma humana.